A pesar de haberse convertido en una nota divisiva en la historia de Star Wars, las películas de la trilogía de las secuelas dejaron a su paso nuevos personajes que venían a tomar el relevo de los protagonistas de la trilogía original. Kylo Ren estaba llamado a ser “el nuevo Darth Vader”, cogiendo el testigo de su abuelo, Anakin Skywalker. El resultado final no convenció a muchos, a pesar del innegable talento de Adam Driver. Y con todo, es uno de los personajes que mejora con el paso del tiempo, sin ser la panacea, claro.

Hemos podido ver uno de los artes conceptuales iniciales de Kylo Ren para Star Wars episodio VII: El despertar de la Fuerza. El casco del personaje tiene un aspecto mucho más aterrador, y tiene más reminiscencias con el demacrado casco de Darth Vader.

También nos llama la atención el sobrenombre que iba a tener el personaje, el Ladrón de Tumbas, aludiendo al robo de los restos de la armadura de Darth Vader que sí pudimos ver en las películas. Finalmente las decisiones ejecutivas cambiaron todos esos conceptos.

Uno de los aspectos más criticados del personaje de Kylo Ren, más allá de la propia historia del personaje, es el hecho de que Adam Driver pasa la mayor parte de las películas con el casco quitado, mostrando su rostro. Uno de los puntos fuertes de Darth Vader (a quien recordemos venía a “sustituir”), era el misterio que envolvía al personaje al no conocer cómo era su rostro en realidad. Es posible, solo posible, que si en Lucasfilm hubieran decidido mantener más tiempo el misterio en torno al personaje de Adam Driver, el resultado hubiera sido más cautivador.