Kingston Technology Company, Inc., líder mundial en productos de memoria y soluciones de almacenamiento destaca el creciente rol del almacenamiento conectado en red (NAS, por sus siglas en inglés) como la opción ideal para hogares y pequeñas empresas que buscan seguridad, accesibilidad y eficiencia en la gestión de datos.
Esto, en un contexto en el que los archivos personales y laborales se multiplican -fotos, videos 4K, copias de proyectos, bibliotecas multimedia, juegos y más, por solo nombrar algunos-. Incluso los servicios de almacenamiento en la nube presentan riesgos vinculados a la dependencia de conexión a Internet y a un costo acumulativo elevado en el tiempo.
Por tanto, la propuesta es que el NAS sea el almacenamiento inteligente para todos. Un NAS es un sistema centralizado compuesto por una o más unidades de almacenamiento conectadas a la red local, que permite el acceso desde múltiples dispositivos: notebooks, smartphones, tablets, Smart TVs y consolas. Su instalación es simple y su costo total de propiedad puede ser significativamente más bajo que el de sus alternativas.
Cuáles son los beneficios:
- Fácil configuración y gestión: los sistemas NAS incorporan procesadores y memoria propios, y se administran desde navegadores o Apps móviles.
- Copias de seguridad automáticas y seguridad de datos: configuraciones RAID permiten proteger la información frente a fallas de hardware.
- Colaboración y centralización: ideal para compartir archivos, gestionar proyectos y acceder a contenido multimedia desde cualquier dispositivo en la red.
- Rendimiento estable y local: sin depender de la velocidad de Internet, con soporte para Ethernet Gigabit o superior.
- Ahorro a largo plazo: una inversión inicial que evita suscripciones perpetuas a servicios de la nube.
- Además, un NAS puede convertirse en el centro de entretenimiento del hogar, almacenando fotos, música, películas y videojuegos sin depender de servicios externos ni catálogos cambiantes.
¿Cómo elegir un NAS?
Es importante evaluar las necesidades, como cuánto se desea almacenar y para qué tipo de sistema hay espacio, aspectos de los que dependerá la elección correcta del producto y su configuración. Cuantas más bahías de unidades tenga el sistema, más capacidad de almacenamiento tendrá y más redundancia, lo que lo protegerá contra problemas como fallas del disco. Si el NAS viene sin unidades, habrá con adquirir o bien reutilizar lo existente.
También hay que considerar qué velocidad de conexión de red se necesita. La mayoría de los dispositivos cliente pueden conectarse de forma inalámbrica al NAS cuando están conectados a la misma red, pero una conexión directa y cableada al enrutador generalmente resulta en un mayor rendimiento y mayor confiabilidad.
Invertir en equipos de calidad resulta clave
Uno de los componentes críticos es la unidad de almacenamiento. Los HDD ofrecen mayor capacidad por menor costo, pero sus partes mecánicas los vuelven más propensos a fallas y ruido. Los SSD, por el contrario, brindan mayor resistencia, rapidez de acceso y menor consumo, en ese sentido Kingston tiene probada experiencia con sus SSD.
Para entornos donde la productividad, la seguridad y el rendimiento son la prioridad —como pequeñas empresas, creadores de contenido o usuarios avanzados— Kingston recomienda el SSD Kingston DC600M, diseñado para aplicaciones NAS y disponible en capacidades de hasta 7,68 TB. Su alta fiabilidad y protección ante fallos de energía lo convierten en una excelente opción para infraestructura de datos crítica
