Almacenar y procesar datos digitales parece ser una tarea simple. Pero las exigencias actuales están cambiando las reglas del juego para siempre. La llegada de la Inteligencia Artificial -que envió a la definitiva obsolescencia a los viejos discos duros- está acelerando la masificación de las unidades de estado sólido (SSD, por sus siglas en inglés), dando paso a nuevos formatos, con más velocidad, capacidad y performance, y en factores de forma más pequeños.
Y Chile es el país de la región que más rápido avance muestra en adopción de estas nuevas tecnologías. Mientras en Latinoamérica todavía es relevante la ya tradicional interfaz SATA (Serial ATA, que fue introducida a comienzos de los años 2000), en nuestro país el 60% del mercado de upgrade de SSD corresponde al nuevo estándar NVMe (Non-Volatile-Memory-Express), un protocolo de comunicación mucho más veloz, y perfecto para aplicaciones que necesitan performance superior. El porcentaje restante es SATA.
Rendimiento intensivo en formatos más pequeños
Pero no todo es velocidad. Si bien es un aspecto relevante y los primeros SSD destacaban por ser hasta 10 veces más rápidos que los antiguos discos duros, las exigencias actuales han empujado a estos componentes a superar nuevos límites, y uno de ellos es el factor de forma.
“Una de las innovaciones más recientes y ya disponible en Chile es el factor de forma 2230, que literalmente quiere decir que el SSD tiene un tamaño de 22×30 mm, extremadamente compacto e ideal para dispositivos portátiles o ultradelgados. Adicionalmente, incorporan tecnología NVMe, perfecta para un uso intensivo y de altas exigencias”, explica Francisco Silva, Country Manager Chile-Perú de Kingston Technology.
La “densidad”: Otro elemento fundamental en la ecuación
Un elemento más técnico, pero directamente relacionado con el factor de forma de un SSD es la densidad, o capacidad que tiene la unidad para almacenar datos por volumen o chip de memoria flash NAND.
Los tipos comunes de almacenamiento Flash NAND son SLC (que puede almacenar 1 bit por celda), MLC, TLC y QLC, también conocido como 3D NAND. Este último formato estableció una verdadera revolución en los SSD y también en otros dispositivos como USB o tarjetas, ya que es capaz de guardar hasta 4 bits por celdas que a diferencia de las tecnologías predecesoras, son apiladas verticalmente, como una forma de sacar el máximo provecho al espacio. En palabras sencillas, cuanta mayor densidad posea el componente, más datos podrá almacenar.
Una unidad que ejemplifica de muy buena forma la rápida evolución que ha tenido Chile es el SSD NV3 de Kingston, inicialmente en formato 2280 (22 x 80 mm), y que fue el primer componente de entrada en incorporar tecnología NVMe. Su más reciente versión en formato 2230 es perfecta para consolas portátiles y computadores ultradelgados. Si lo que se busca es rendimiento extremo, la unidad KC3000 ofrece velocidades ultrarrápidas, al igual que la recién anunciada SSD FURY Renegade G5. En cuanto al segmento Data Centers, Kingston cuenta con el SSD DC3000ME, perfecto para cubrir todas las exigencias actuales, incluyendo alta resistencia.
A medida que la demanda por SSD más veloces y eficientes sigue creciendo, tanto las empresas como los usuarios deben estar preparados para adaptarse a estas nuevas tecnologías. Hasta ahora, Chile está a la vanguardia en este camino y lidera la adopción de tecnologías que marcarán la pauta en los próximos años.
Por su parte, la industria sigue avanzando hacia nuevas soluciones que satisfagan las exigencias del hardware y de los usuarios, buscando reducir las limitantes propias de los chips en cuanto a capacidad, costos y menores factores de forma, ya que más allá del diseño, apostar por esto último también es todo un reto a nivel de programación y de firmware. ¿Qué prevalecerá en los próximos años? ¿Capacidad, velocidad o factor de forma? Solo el futuro lo dirá.