The Burning Crusade, la primera expansión de WoW, salía hace 13 años

Con una quincena de años bajo el lomo, WoW es un producto tan fuerte que aún hoy logra mantenerse en los titulares. Y en este último tiempo, fue por el revuelo que se armó con el vanilla server independiente que andaba juntando cada vez más adeptos, y que hizo aún más fuerte la voz del lado de la comunidad que quería volver a las fuentes. Con WoW Classic, Blizzard les dio exactamente lo que querían, aunque tal vez no exactamente como lo querían.

Un 16 de Enero, pero de 2007, Blizzard lanzó la primera expansión de su fenómeno online, World of Warcraft. Fue el primer paso de un gigante, y el día de hoy este aniversario cobra aún más relevancia por la vigencia con que se mantiene el MMORPG, y la identificación que logró con la comunidad, aquellos primeros torpes, pero poderosos pasos.

The Burning Crusade incluyó un montón de contenido, desde dos nuevas razas, una nueva zona PvP y hasta la posibilidad de ocupar clases antes bloqueadas para ciertas razas. Y además de algunos ajustes, los jugadores tuvieron un nuevo mundo para explorar, completo con quests, raids y ciudades nuevas. Pero también fue impresionante lo que hizo la expansión por el mundo en general, agregando mucha más variedad e impresionantes vistas; cada área, como Hellfire Peninsula y Netherstorm, tenían su propio estilo y lograr el pasaje a Outlands, el nuevo planeta, fue un verdadero suceso para cada jugador.

Pero también acercaron la posibilidad, a todos los fans que no disponían de muchas horas para jugar, de tener un personaje poderoso y completo. Sin dudas, la primera expansión ayudó a llenar mucho de los huecos del cliente original. Por supuesto, no vino sin sus problemas y críticas, como las nuevas áreas de comienzo no estaban tan bien integradas, o que “hicieron más fácil” el endgame, pero esas decisiones fueron las que lo convirtieron a WoW en el titán que es hoy.

Con The Burning Crusade, Blizzard reescribió el libro de los MMORPG.

Todo el arte original fue revitalizado con nuevas técnicas de iluminación que escondían un poco las partes más ásperas de los modelos, que estaban creados con una cuenta muy baja de polígonos. Estas mejoras permitieron que el pasaje de Blasted Lands a Outlands, de un yermo desértico sin nada a un literal campo de batalla, sea verdaderamente impresionante. Momentos que aún perduran en la retina de los fans.

Por cosas como estas es que Classic WoW era pedido tan fervientemente por los fans. Aún hoy los fans atesoran los recuerdos de esas épocas, y muchos otros que llegaron después, escucharon sobre esas aventuras, y quisieran experimentarlas por primera vez. Desde Blizzard salió la versión que la compañía no se opone a llevar tanto The Burning Crusade como Wrath of the Lich King a WoW Classic. Pero el veredicto final, tendrá que esperar.

World of Warcraft ha tenido varios hitos a lo largo de su historia, pero The Burning Crusade fue el gran primer paso hacia el universo extendido de Warcraft. Fue el que le dio la pauta a Blizzard de cómo evolucionar su juego, dándole a los fans lo que pedían y abriendo el juego para muchos más fanáticos nuevos.

 

Fuente |MalditosNerds

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